Prevenir el abuso infantil


Prevenir el abuso infantil


Introducción

La violencia es un fenómeno mundial que tiene sus orígenes desde la existencia del hombre, en este sentido, todo ser humano es susceptible al maltrato; pero existen grupos con alta vulnerabilidad hacia esta situación como son los menores de edad.

La preocupación por el maltrato a los menores es relativamente reciente, aunque décadas atrás ya se empleaban expresiones tales como: niños maltratados, mujeres golpeadas o abuso sexual, fue hasta principios de los años sesenta cuando comenzó a considerarse la violencia familiar como un problema social. En 1962 Henry Kempe y Silverman, acuñaron la expresión “síndrome del niño golpeado”, basándose en características físicas presentadas en niños que ingresaban al servicio de pediatría del Hospital General de Denver, Colorado. Se observó que los niños no sólo eran agredidos de forma física sino emocionalmente, por negligencia, por lo cual el término “golpeado” cambió a “maltratado”. Desde entonces se ha adoptado el concepto en sus distintas modalidades.

 El maltrato y abuso infantil impacta de manera determinante en la formación del individuo y su desarrollo social. Una explicación simplista de dicho fenómeno permitiría afirmar que quienes crecen en un círculo familiar donde se presenten situaciones de violencia, en la edad adulta reproducirán dicho esquema. Sin embargo, también hay quien afirma que existen casos donde los individuos no sufrieron maltrato en la niñez ni en ninguna otra etapa de su formación y suelen presentar conductas agresivas a la menor provocación ya sea dentro o fuera del entorno familiar.

Objetivo

 El objetivo es obtener un panorama que permita conocer los índices del maltrato y abuso infantil a nivel nacional, así como algunas de las consecuencias que de ello se derivan, una vez teniendo una visión sobre la incidencia en el país, se podría analizar en qué medida dicha situación influye en el individuo a tal punto de desarrollar conductas criminales.

 De ahí la importancia de elaborar políticas de prevención encaminadas al fortalecimiento de las relaciones familiares pero sobre todo dirigidas a fomentar el respeto a los menores de edad. Cabe mencionar que la fuente para el presente análisis fue la información


Contenido

El maltrato infantil impacta no sólo en la calidad de vida del individuo sino también en su desarrollo social, sin considerar los daños físicos que pueden llegar a ser permanentes. El grado de violencia, así como los métodos empleados para dicho fin, varían de acuerdo a la formación cultural imperante, lo que ha contribuido a que sea visto como una práctica aceptable con fines educativos, políticos e incluso religiosos.

 A nivel internacional, la Organización Mundial de la Salud (OMS) es uno de los organismos encargados de crear mecanismos que permitan proteger a la niñez, en el entendido de que el maltrato es conocido generalmente en la atención hospitalaria.

De acuerdo al organismo, el maltrato infantil es “el maltrato o la vejación de menores abarcando todas las formas de malos tratos físicos y emocionales, abuso sexual, descuido, negligencia, explotación comercial o de otro tipo, que originen un daño real o potencial para la salud del niño, su supervivencia, desarrollo y dignidad en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder”.

El maltrato o violencia infantil, también suele ser definida como: toda conducta de acción u omisión, basada en la concepción de superioridad y/o en el ejercicio abusivo de poder, que tiene como objeto producir un daño físico, psicológico o sexual, generándose ya sea en primer término en el seno familiar, en la escuela o en el medio social que se desarrolle el menor de edad. (Pérez, María Montserrat.  2011)  

El maltrato a los menores es una enfermedad social que no reconoce fronteras, está presente en todos los sectores y clases sociales;  es producida por muchos factores y de diversas intensidades y tiempos que afectan el desarrollo armónico, íntegro y adecuado de un menor. Comprometiendo su educación y consecuentemente su desenvolvimiento escolar con disturbios que ponen en riesgo su socialización y por tanto, su conformación personal, social y profesional.

El maltrato suele presentarse en distintas formas y niveles, entre las que se encuentran:

                           Maltrato físico.                     
                        Maltrato psico-emocional.
En un primer nivel se emplean gritos, sacudir, empujar o sujetar fuertemente, dejar al menor sin comer, exponerlo al frío, nalguearlo, castigarlo, encerrándolo o poniéndolo de rodillas durante varias horas; en otro nivel se infringen castigos que suelen dejar marcas tales como quemaduras, moretones, rasguños, ojos hinchados o amoratados, entre otros. Los casos más graves se presentan cuando la persona agredida requiere de atención médica por fractura de huesos, hemorragias internas y externas, heridas o mutilaciones por arma blanca, o heridas por arma de fuego.

 Los niños que sufren maltrato infantil suelen ser producto de embarazos no deseados, o de madres menores de edad. Habitan en viviendas pobres o pertenecen a familias numerosas que viven en condiciones de hacinamiento, padres solteros, hogares desintegrados o en núcleos familiares en los que se suele consumir drogas y alcohol, lo que no quiere decir que sea un fenómeno relacionado con la pobreza o que sea exclusivo de los sectores menos favorecidos, ya que se presenta en todos los niveles socioeconómicos.

 Otra variante del maltrato infantil es el abandono, al que se enfrentan no sólo los niños que son dejados en la calle, sino también aquel que enfrentan dentro de su propio hogar y que consiste en “todo comportamiento que provoca descuido y desatención de las necesidades básicas…el abandono infantil es una actitud de negligencia y descuido de los adultos a los pequeños y se observa en la falta de alimentación, vestido, higiene personal, atención médica y vivienda; desinterés en todo lo referente a su educación; y además incluye exponer a los niños a la violencia de la pareja.” El niño victima de negligencia suele estar constantemente enfermo y presentar retraso en el desarrollo o desnutrición.

 El tipo de maltrato que se ejerce en contra de los menores son determinados por algunos factores familiares, el maltrato físico y físico severo es más alto entre niños varones que viven con otros familiares, y en donde no hay presencia de padre ni de madre, el maltrato emocional es más común en hogares donde hay mamá y padrastro.

De acuerdo a la UNICEF, México mantiene la tasa más alta de pobreza y desnutrición infantil entre los miembros de la OCDE y ocupa los primeros lugares en violencia física, abuso sexual y homicidios de menores de 14 años infringidos principalmente, por sus padres o progenitores. En su estudio "Violencia Infantil", el organismo internacional destaca que más de 700 niños son asesinados en México cada año, lo que implica dos homicidios diarios. En los menores de cuatro años, la muerte se presenta principalmente por asfixia y entre los 5 a 14 años por golpe contuso, acuchillamiento o disparo de arma de fuego.

En México el maltrato infantil carece de cifras oficiales que muestren la realidad del fenómeno. Al ser considerado como un problema doméstico, los casos de los que se tiene conocimiento son aquellos que derivan de una denuncia, sin embargo, se considera que por cada caso que conocen las autoridades, existen 100 más que no se registran, lo que revela la magnitud del problema; además, de los casos que son denunciados muy pocos reciben atención o seguimiento oportuno.

En “Maltrato infantil: una dolorosa realidad puertas adentro” publicado por UNICEF y CEPAL, derivado de una serie de encuestas aplicadas en 16 países de América Latina y el Caribe -incluido México- se plantea que el maltrato físico y psicológico es socialmente aceptado como un método de educación, socialización y disciplina para los menores; además de que no existe una metodología que permita hacer comparaciones entre los países participantes y de que, incluso, las estadísticas derivan de distintos entes públicos y privados que no permiten establecer criterios generales para recomendar políticas públicas a los gobiernos.

Medir el maltrato infantil es imposible sin las herramientas metodológicas adecuadas. Distintas instituciones que por sus ámbitos de competencia en el tema a menores generan sus propias encuestas son, entre otras, el DIF Nacional, Secretaría de Salud y Secretaría de Educación Pública, además de que otras instancias generan regularmente su propia medición.

De acuerdo al DIF, se denomina maltrato infantil a las agresiones que los adultos descargan sobre los menores, produciéndoles daños físicos y emocionales, afectando su desarrollo intelectual, desempeño educativo y adecuada integración a la sociedad. Generalmente son los familiares cercanos quienes de manera intencional los lesionan, al amparo de una creencia errónea: la de corregir su conducta por desobediencia o incumplimiento de las tareas encomendadas.

 En México a partir de 1999, instituciones como el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia y el Instituto Nacional de Estadística Geográfica e Informática (INEGI) llevan un registro de las acusas denunciadas y detectadas para poner de manifiesto que la problemática existe y que por desgracia va en crecimiento. De lo anterior, cabe señalar que las estadísticas son útiles en un panorama muy general, pero insuficientes en términos de investigación.

Por otra parte según UNICEF, “Los menores víctimas del maltrato y el abandono son aquel segmento de la población conformado por niños, niñas y jóvenes hasta los 18 años que sufren ocasional o habitualmente actos de violencia física, sexual o emocional, sea en el grupo familiar o en las instituciones sociales. El maltrato puede ser ejecutado por omisión, supresión o transgresión de los derechos individuales y colectivos e incluye el abandono completo o parcial”.


-El Abuso Infantil

México registra altos índices de abuso sexual infantil: 77% de las víctimas son niñas, con un promedio de edad de 5.7 años. En todos los casos la víctima conocía al agresor: el hermano (19%), el padrastro (18%), un tío (16%), el padre (15%).

El abuso sexual y el maltrato también se dan en las instituciones educativas, contra estudiantes de preescolar, primaria y secundaria por parte de los maestros, conserjes y otros trabajadores de los planteles educativos. Las denuncias contra docentes y trabajadores se refieren a situaciones de burla, ofensa, agresividad, maltrato, groserías, humillación, amenazas, hostigamiento, insinuaciones, “miradas libidinosas”, grabar y tomar fotos a los alumnos y, exhibir videos de pornografía a los estudiantes. Las denuncias presentadas ante la SEP revelan que en los primeros seis meses del ciclo escolar del año 2003 se presentaron 84 casos de maltrato y abuso sexual, sólo en las escuelas de la Ciudad de México. Sin embargo, en los tres primeros meses de 2008 las denuncias sumaron 147 en el Distrito Federal.

 Se considera que las principales causas del maltrato a menores son:

 •Económicas: carencias monetarias, desempleo, subempleo, entre otras.
•Sociales: farmacodependencia o alcoholismo de los padres, abuso sexual en las familias, desintegración familiar, conflictos ocasionados por el nacimiento de hijos no deseados, prostitución, orfandad, etc.
•Biológicas: limitaciones físicas en el menor, daños neurológicos, malformaciones, entre otras.
•Emocionales: incapacidad de los padres para enfrentar problemas, inmadurez emocional, baja autoestima, falta de expectativas, inseguridad extrema y problemas entre pareja que conducen a maltratar al menor, omitiendo los requerimientos básicos para su formación y desarrollo.

El maltrato infantil repercute directamente en el desarrollo integral del menor, en casos más graves produce severas lesiones corporales, afecta su salud y, en última instancia, puede provocar la muerte. También suele afectar su capacidad de aprendizaje y sus deseos de ir a la escuela. Las agresiones que sufren los menores con frecuencia los orillan a huir de sus hogares, refugiándose en la calle donde enfrentan peligros mayores. La violencia en el infante produce desconfianza en sí mismos y, generalmente, afecta su capacidad para convertirse en un buen progenitor en el futuro.


Recomendaciones

 Es recomendable articular programas que permitan concientizar a los padres, maestros, niños y sociedad en general sobre:

·     Los derechos y obligaciones que adquieren los unos con los otros
·         Fomentar la cultura de la denuncia con el fin de poder llevar a cabo una pronta intervención en los casos que se presenten
·         Implementar mecanismos que permitan a los adultos detectar cuando un menor de edad es víctima de maltrato o abuso
·         Impulsar la creación de una estadística nacional que permita conocer la realidad del maltrato y abuso infantil en el país, ya que en la medida que se conozca el fenómeno, se podrá actuar con mayor prontitud
·         Es necesario establecer programas de prevención que permitan detectar a tiempo abusos a menores
·         Ya que es precisamente la escuela el primer círculo social externo a la familia con la que el menor tiene contacto, es necesario orientar a los profesores, sobre cómo detectar abuso o maltrato.  

Conclusión

Para concluir con esta investigación es importante saber que al maltrato infantil es catalogado como un problema domestico en el cual los agresores suelen ser, uno o ambos padres, familiares cercanos, mientras que el maltrato institucional suele ser aplicado por maestros o por algún adulto que tenga contacto con el menor en el interior de la escuela.
En muchos de los casos el abuso que sufren los menores  no se denuncia ya que se tiene la complicidad de familiares o de vecinos que suelen darse cuenta de la situación que sufre el menor y prefiere callar. Cuando el abuso que se presenta en los menores es en instituciones en muchos de los casos los padres llegan a negociar con el agresor para que dicha situación no salga a la luz pública. Es por eso la importancia de estar alertas ante cualquier situación que no sea normal en los niños ya que el abuso tiene diferentes maneras de presentarse como sabemos los más comunes son el abuso físico que este es más fácil de detectar a simple vista , el abuso sexual, abuso psicológico.

Es importante mencionar que el  abuso y maltrato infantil es un problema que compete a todos los países del mundo. En este sentido es que se celebra el 19 de noviembre el Día Mundial para la prevención del abuso del Niño, la cual es una iniciativa de la Fundación de la Cumbre Mundial de la Mujer (FCMM) en la que se han involucrado 149 organizaciones, entre las que se encuentra la Red por los Derechos de la Infancia en México, de 59 países del mundo, las cuales tienen como objetivo fomentar una cultura de prevención del abuso infantil en todo el mundo.


 Bibliografía

SSP (2010) Maltrato y Abuso Infantil en México: Factor de Riesgo en la Comisión de Delitos.  Consultado el 15 de febrero de 2013 en http://www.ssp.gob.mx/portalWebApp/ShowBinary?nodeId=/BEA%20Repository/1214170//archivo 

CESOP (2005). Violencia y maltrato a menores en México Consultado el 18 de febrero de 2013 en http://www.diputados.gob.mx/cesop/doctos/VIOLENCIA-MENORES.pdf  

Andrea Márquez (S/F) El Abuso infantil: una práctica permanente. Consultado el 18 de febrero de 2013 http://www.derechosinfancia.org.mx/Temas/temas_abuso1.htm



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